La competencia de la vida esta hecha para tres tipos de personas: Las inteligentes, las temerarias, y las idiotas.
De los tres, solo uno llegará a la meta, otro morirá creyendo que hace lo correcto, y otro ni siquiera sabrá cuando es que se mató en el intento.
Lo único que tienen en común esos tres, es que todos, al principio o al final, tendrán que dejar un pedazo de su corazón en el camino. Esa es la cuota para entrar a la competencia.
Y la única diferencia entre los que dejarán una parte de su corazón en el camino, es que solo uno quedará satisfecho; aquel que dejó su corazón en las manos del ser amado y fue correspondido... eso es haber llegado a la meta.