Estoy perdidamente enamorado de ti, desde la primera vez que te vi me conquistaste, y desde entonces tu palpitar se quedó en mí, como mi aliento en ti. Cada encuentro contigo significa quedarme impregnado de ti, de tu sonrisa, de tu imagen, de tu olor y de tu gran calidez. Me gusta pensar en ti sin importar la hora o el lugar, aunque me altera también, y siento una urgencia descontrolada por verte y en tus labios perderme.
Me gustas, me encantas, me enloqueces, y prometo que con cada acción, buscaré darte alegría y mucha satisfacción.
Ojalá me sientas... Muy dentro de ti.
- Uhm, amor, ¿me podrías decir todo eso mirándome a los ojos?
- Ah sí, hermosa, ahora subo y te digo lo mismo también a ti.
(El que entendió, entendió...)