El huracán de la noche se ha llevado mis respuestas, no se a donde, ni se en que momento fue que las perdí entre los vientos que, de algún modo, me las arrebataron de mi calido refugio.
La tormenta pasó y me amaneció escribiendo amargo, nunca supe que se avecinaba un meteoro, y es que la brisa ni siquiera amago, aunque debí presentirlo, ya que el mar llevaba días sin estar salado.
El sabor del día se esta diluyendo entre los restos del rocío, así como el océano parecía tranquilo antes que le arrancaran su sal, esto se comienza a sentir como una calma que lejos de serenar, solo hace "espasmear" los sentidos entre el dulce amargo de la incertidumbre.
Necesito mis respuestas, suspiro a la puesta de sol porque regresen pronto, extraño los momentos en que esas respuestas hoy extraviadas, servían de algo para poder explicar lo que va por dentro, pero sin duda extraño aun mas, cuando mis respuestas solían servirme a mi mismo.
La tormenta pasó y me amaneció escribiendo amargo, nunca supe que se avecinaba un meteoro, y es que la brisa ni siquiera amago, aunque debí presentirlo, ya que el mar llevaba días sin estar salado.
El sabor del día se esta diluyendo entre los restos del rocío, así como el océano parecía tranquilo antes que le arrancaran su sal, esto se comienza a sentir como una calma que lejos de serenar, solo hace "espasmear" los sentidos entre el dulce amargo de la incertidumbre.
Necesito mis respuestas, suspiro a la puesta de sol porque regresen pronto, extraño los momentos en que esas respuestas hoy extraviadas, servían de algo para poder explicar lo que va por dentro, pero sin duda extraño aun mas, cuando mis respuestas solían servirme a mi mismo.
Sobretodo ahora… que hay tantas preguntas.