La luz se apagó y el libro se abrió.
Ella cerró sus ojos y Él enfocó los suyos.
Las líneas se leyeron y los sueños emergieron.
Las imágenes cobraron vida mientras yo amé verte dormida.
El vuelo comenzó, y de la torre alta despegaron dos.
Surcando soles y comiendo nubes de algodón.
Aterrizando en playa dorada, escribieron sus nombres en la arena perlada.
Y para cuando el libro terminó, el punto final fue acariciado por mi voz.
Luego en mis sueños te alcancé, y fui envuelto por vos.