26 de enero de 2011

Las horas al fuego (II)


... Y asi la llevo al suelo, la recosto al lado de esa calida chimenea y poniendo su cuerpo sobre el de ella, la beso con sus labios palpitantes, le besaba y acariciaba esos hombros suaves y delicados en un camino que ya descendia a pasos lentos por la piel de su amada, el beso humedecia y las caricias ya eran un cuerpo contra cuerpo que les hacia rozar las piernas, el pecho y las caderas que se movian ansiosas por hacer algo mas que rozar.

Las piernas de la chica se abrian al paso del muslo intruso de El que se abria camino hacia el centro de Ella, acaricio su humedo sexo con firmeza, la misma e inevitable firmeza que el tenia en el suyo propio, pero la ansiedad le hizo retirar su muslo y cambiarlo por su mano, lo que siguio fueron oleadas de extasis para la chica que cerraba los ojos y apretaba sus manos ante los dedos que se movian dentro de su ser.

El placer causado desde esos dedos que entraban firmes, se movian exactos y salian suaves, le hizo transformar los gemidos en jadeos y los movimientos en espasmos que anunciaban la llegada de momento cuspide entre dos cuerpos que luchan por amarse, el orgasmo, y este llego inundandola, llego fuerte y solo alcanzo a expresarlo en un grito que se fue ahogando conforme sus fuerzas disminuian y sus ojos se abrian.

Al abrirlos se encontro con una sonrisa, pero no tuvo tiempo de mas, sus piernas fueron abiertas y su sexo invadido de nuevo, ya no por dedos delgados, era el sexo firme de su amante que se movia desesperado y quitandole toda oportunidad de recuperarse de los espasmos que aun sufria su cuerpo, fue invadida, penetrada y vuelta a excitar al sentir el calor que la llenaba haciendole estallar en el mismo gozo con el que su amante explotaba y mezclaba su orgasmo con un beso directo al cuello de la mujer.

Quedaron acostados en sus espaldas uno al lado del otro, con los cuerpos sudando placer y jadeando levemente, tan leve que el unico sonido que ahora llenaba ese gran salon era el de la madera crujiendo en la chimenea, el se giro hacia ella y con los ojos llenos de amor le busco los labios para entregarle un beso, ella correspondio y agrego una sonrisa antes de levantarse y comenzar a arreglarse sus ropas.

El, al mirar esto, cerro los ojos y anticipando lo que seguia, inicio el ultimo dialogo de la noche:


- Quedate a dormir.

- Sabes que no puedo, pero buscame mañana.

- No, no te vayas, quedate...

- Debo irme... solo pagaste por dos horas.

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Gracias...
minerva
safira
Felina Mala
Juliette
caperucitaroja{KROFT}
Gracias por tomarme en cuenta para el premio, ya esta en mis vitrinas :)