5 de septiembre de 2011

La muerte... esa gran puta

...Y una que además de dar mal servicio, cobra muy caro.

No distingue géneros, razas, edades, clases sociales, algunos dirían que es pareja con todos, en cambio otros (como yo), dirían que es una gran puta a la que le gusta joder tan solo porque si, tan solo porque puede y tiene con que abrirte las piernas.

Es una pre-adolescente caprichosa que no sabe lo que quiere y hace de las suyas solo porque sus revolucionadas hormonas no tienen control alguno, ni conciencia de lo que sus actos pueden provocar o destruir en las vidas de quienes no pidieron sus servicios.

Es ciega y estupida, y carece de todo criterio que justifique sus acciones, actúa cual burócrata que solo se preocupa por llenar su cuota de multas, que tortura desde su escritorio y ejecuta sus propias bufonadas solo para pretender que trabaja.

En todo caso:
¿A quien le rinde cuentas la muerte?
¿Quien es el proxeneta de esta puta?

¿Acaso no tendrá un jefe que la frene y le explique que, si hiciera su trabajo con algo de justicia y respeto... no habría estupidos que la llamen puta?

Aqui yace alguien que iba a ser feliz mañana.