6 de mayo de 2013

Aprendiendo en el zoológico


En un hermoso día en el zoológico, el pequeño Jordi miraba todo a su alrededor, todo era nuevo para él a su corta edad, y disfrutaba cada nuevo detalle que descubría, todo esto bajo la atenta mirada de su madre. Jordi inspeccionaba a los animales de su alrededor, hasta que de pronto, y con asombro, descubrió a uno que llamó su atención; era una pequeña criatura y su madre, le gustaban los movimientos graciosos con los que intentaba comunicarse con ella, al parecer quería algo. Jordi miraba mientras comía la fruta que tenía en la mano.

Comía con gusto, pero notó que, al parecer, esto provocaba que la pequeña cría se alterara y sus movimientos fueran más expresivos e impulsivos, se volvía mas gracioso aún, pensaba Jordi, el pequeño buscaba atraer la atención de la madre, pues se tomaba y casi se colgaba de su brazo con tal de que le hiciera caso, todo esto mientras empezó a emitir unos sonidos muy chistosos.

Entendió de que se trataba todo aquello, cuando la cría finalmente consiguió la atención de su madre, entonces aquel pequeño señalo hacia Jordi y comenzó a brincar alocadamente, esto hizo muchísima gracia a Jordi, quien comenzó a reír ruidosamente, ahora si, la madre de la cría pareció captar la idea, y premió al pequeño con una banana... justo como la que Jordi comía mientras miraba divertido al pequeño José, quien visitaba por primera vez un zoológico, y no podía evitar la envidia de que aquella cría de chimpancé comiera una banana y él no.

Cuando José y su mamá continuaron hacia la siguiente jaula, Jordi, quien había pasado un buen momento mirando a aquel extraño animalito brincando y gritando para conseguir una banana, pensó que sería genial aprender eso para conseguir más alimento de su madre y de sus cuidadores. Jordi, el chimpancé casi recién nacido, se dijo a si mismo:

"Parece conseguirte ricos premios armar un escándalo, debo aprender ese truco".





Sabes que te quiero muxooo :)