12 de marzo de 2014

Para siempre

La primera vez que te dije TE AMO, el mundo se me vino encima por dos motivos, ninguno de ellos fue por arrepentimiento.

El primero, por pensar que lo había arruinado todo al decírtelo, y que te irías no deseando lo mismo que yo.

El segundo, porque sintiendo lo que sentía a tu lado, sabía que si alguna vez te lo decía, iba a ser para siempre.

Y te lo dije, y me lo correspondiste, y la gloria se quedó corta ante la felicidad que se desencadenó por años.

Y hoy, hoy estamos...




Jamás me arrepentiré de habértelo dicho.
Tenía razón… sería para siempre.