14 de marzo de 2014

Mis tatuajes I

En una entrada anterior (la del cuestionario) dije que quizás un día mostraría aquí mis tatuajes, y bueno, que mejor que hoy. ¿Porque hoy? ¡Porque se me antojó!. Además, hoy pasé el record de miradas y reacciones (creo que mi actual rodillera tipo Robocop, colaboró tambíen), y nada, acá están…


  


Siempre es respetable la opinión de la gente sobre los tatuajes, cada quien los ve de una forma distinta, a algunos les fascinan, a algunos solamente les gusta mirarlos, pero jamás se harían uno, a algunos no les gustan para nada, a algunos los hace sentir ganas de mirar a otro lado, y a algunos pocos, les provoca colocar todo tipo de adjetivos ofensivos y denigrantes a la gente con tinta en su cuerpo. 

A mí me ha tocado un poco de todo, desde gente que me ha detenido para mirar mejor, alguna que me pidió tomarle una foto a mi brazo, señales de buena onda con las manos, gente que me ha sonreído, y cuando miran los tatuajes, no solo quitan la sonrisa sino que hasta voltean el rostro a otro lado, otros con gestos y muecas de asco cuando los ven, un par de señoras que me han retirado de la vista de sus hijos (no se les vaya a meter la idea de hacerse uno), y claro, leer y escuchar todo tipo de retahílas al respecto sobre lo mala que es la gente tatuada, esos mismos que tienen como verdad absoluta que, cualquier persona tatuada es un delincuente o un drogadicto, y claro, los siempre graciosos e imaginativos que dicen que ellos no se tatúan porque no les gusta ir marcados como el ganado.

 
¿Y que pienso de ello? a mí (y creo que a la mayoría de los que llevamos tinta en el cuerpo) me causa mucha gracia cualquier reacción, sea de empatía, admiración o disgusto. 
Y las reacciones ofensivas, pues nada, como todo en la vida, si alguien, cualquiera, califica o juzga a una persona por su apariencia, bueno… creo que se responde por sí solo.

Me tardé 30 años en hacerme uno, no porque no me gustaran, sino porque soy una persona que se aburre muy fácil de muchas cosas, y obviamente, no queria aburrirme de un tatuaje, así que cuando tuve claro lo que deseaba, me lo regalé en mi cumpleaños anterior, el otro en enero pasado, y estoy más que contento con ellos. Me gusta lucirlos, me gusta mirarlos, me gusta explicar su significado cuando me lo preguntan, y sobre todas las cosas, me gusta saber que las miradas o las reacciones de la gente son lo de menos... los tatuajes son para mi... son parte de mi.

Por lo pronto son dos, y yo sé que es muy probable que me haga alguno más, siempre y cuando me signifique mucho, de otra forma, tatuarme algo por moda o por un buen o un mal momento en mi vida, naaaaa, prefiero quedarme con los que tengo.




Quizás tatuarme “Syd”, uhmmm… quien sabe…?


En otras entradas explicare el significado de mis tatuajes...