11 de julio de 2012

Una noche diferente

Gustavo detuvo y apagó su coche, él y su acompañante habían llegado a su destino, la casa de ella. Él se había ofrecido a llevarla después de que esta se sintió indispuesta en la reunión donde estaban, bebió demasiado, y como Gustavo no había bebido, la acompaño y ahora la dejaba en la puerta de su casa, cortésmente se despidió pero ella lo detuvo, le pidió ayudarla un poco ya que estaba demasiado mareada, Gustavo dudó pero acepto y ambos entraron a la casa.

Una vez adentro, ella pidió ser acompañada al baño para no tropezar y caer, Gustavo lo hizo y la dejo en aquel cuarto, se despidió de nuevo, o eso intentó, porque sus palabras fueron cortadas con el caer del vestido de la chica, ella misma se lo quitó frente a él y no paro ahí, se quito la ropa interior y camino hacia la ducha, desnuda y con el agua comenzando a resbalar por su cuerpo, Gustavo no supo que hacer, sabia que debía irse, tenia que regresar a la reunión, y no solo eso, esta chica desnuda era amiga de su familia, pero podía más su instinto que su razonamiento. Toda fuerza de voluntad se derrumbo cuando ella le hizo una seña para que la acompañara bajo el agua.



Gustavo camino como un zombie hacia ella, se olvido de todo y solo se centró en la mujer desnuda que tenía enfrente, se desnudó él mismo y ella, con un rápido y brusco movimiento lo hizo meter bajo el agua, le mostró que a partir de ahora ella estaba al mando. Lo agarró por el cuello y pegó los labios de zombie Gustavo a su cuello, le ordeno con un grito: "¡lame!" el obedeció, pero ella apenas iniciaba. Lo bajó hacia sus pechos y lo hizo acariciarlos: "suave" le decía, "ahora más intenso, más, besa, lámelos, acaríciame la espalda mientras besas mis pezones".

Gustavo solía ser pasional en la cama, le extrañaba estar siendo manipulado así, pero le gustaba. La mujer lo hizo ponerse de rodillas en el azulejo, se inclino para besar sus labios y con un cambio en la intensidad, lo tomo de los cabellos y prácticamente lo llevo hasta su entrepierna, lo movía con fuerza, casi con furia, la lengua de Gustavo apenas bastaba para lamer todo lo que ella le hacia recorrer en su piel, la acariciaba desde la espalda hasta sus nalgas, acompañaba su lengua con el roce de sus dedos en su vagina mientras el agua caía sobre ellos.

La mujer apretó las piernas en el rostro de Gustavo, este lamia como podía y aplicaba fuerza en su mano para rozar todo el sexo de la chica, miró hacia arriba cuando los gemidos de ella se convirtieron en jadeos, el panorama era hipnotizante. Movimientos pausados, el agua caía sobre el cabello de la chica, sobre su suave piel y sus duros pechos, miraba el recorrido del agua que caía por su vientre hasta desembocar en su pubis, se bifurcaba en su clítoris y explotaba en su boca que no se separaba un solo centímetro del sexo que estaba por reventar en un orgasmo. Ella jadeo, grito, tomo los cabellos de Gustavo y le apresó la cara con sus piernas hasta que finalmente no pudo mas... estalló en un orgasmo que Gustavo saboreo de principio a fin, quedando de rodillas y habiendo sentido un placer como nunca.

Aún no reaccionaba cuando ella le dijo: "vete ya, antes de que tu esposa sospeche" esto dejo frío a aquel hombre, su esposa lo esperaba en la reunión, ¿como explicaría la tardanza? las dudas le cortaron la excitación, ahora solo se arrepentía. Salio de ahí y manejó a casa tan rápido como pudo, ya era tarde, por las luces apagadas, la reunión parecía haber terminado en aquella casa. Entró con sigilo y sin hacer ruido, iba a subir la escalera pero un ruido lo freno en seco, alguien venia hacia el salón donde se encontraba, se desesperó y no se le ocurrió otra cosa...

Se acostó en un sillón, se puso el saco que traía en la mano sobre su cuerpo y pretendió estar dormido. Abrió los ojos cuando sintió que alguien estaba junto a él, era su esposa... Eva.

Y él, nervioso como nunca, solo atinó a decir: "No supe ni a que hora me quedé dormido aquí... ¿vaya noche, eh?"