29 de octubre de 2014

Cabalgando el alma

Sólo necesito cerrar mis ojos para saberte aquí.
En mis pensamientos más dulces y en mis arranques más perversos.
Tú en mí, como el aire que entra en mi cuerpo en cada bocanada.
Yo en ti, entrando en tu sexo, suave o fuerte… como el viento.


Y cada vez que te veo detrás de mis parpados, siento la misma emoción y la misma excitación que cuando te veo a ojos abiertos; tu caminar hacia a mí, tu desnudez ante la mía y nuestras ganas dispuestas para servirse sin límites, para cruzar los senderos del placer que tantas veces hemos recorrido, y explorar los nuevos, esos que nos encanta descubrir y disfrutar, montados el uno sobre el otro hasta conquistarlos y hacerlos nuestros, así nos hicimos, así nos forjamos, así nos apropiamos de nuestros cuerpos… cabalgándonos desde el alma.