10 de mayo de 2015

Eternamente la mía

¿Y si yo te digo cuánto te extraño, me escucharías?
¿Y si yo te digo que te amo, lo sabrías?
Y entonces cierro los ojos y te veo sonriendo… y me doy cuenta que lo sabes.


¿Cómo es un día de las madres cuando ya no se tiene a la propia? Triste, como todos los demás días que pasas sin tenerla a tu lado, pero también, como todos los demás días que vives sin tenerla contigo, se valoran los recuerdos, se aplican las enseñanzas y se le dice cuánto se le ama, porque sí, sí te escuchará.

¿Cómo sería posible que no te escuchara? si ese vínculo que se forma, nueve meses antes de que abras los ojos en este mundo entre nosotros y nuestra madre, permanece en este mundo más allá de la muerte, y perdura en el siguiente, más allá de la vida.

Mamá, no puedo dejar de decirlo; te extraño, y por la falta que me haces te extraño demasiado, pero te amo, y por tu amor y todo lo que en mí dejaste… Te Amo, y en éste día de las madres te lo digo igual que todos los días, y le agrego dos sonrisas extras y un: ¡Felicidades, Mamá!


¡Gracias! Por ser eternamente la mía.