Mi
noche se divide por la entrada de tu silueta, que sigue llegando a mí y a mi
cama, y vuelve innecesarias las sábanas que cubren lo que sigue gritando por
ser reclamado nuevamente por ti. Este clamor que se desvive por ser el medio
que te diga, cómo el amor y la añoranza contenidos, pueden impulsar el "te
amo" más sincero, hacia el frenesí del sexo más descarado que te puedo
brindar… este que se da cuando el que grita es el recuerdo.