25 de septiembre de 2012

Decepción vital

 

Rodrigo despertó súbitamente, confundido, desorientado y con su vista cegada, todo a su alrededor era negro y no hacia mas que opacarle el razonamiento, notó que el oxigeno era escaso, contrastando totalmente con la necesidad de llenar sus pulmones; por un momento intentó conservar la calma y analizar la situación, al menos orientarse, pero le fue imposible.

Su instinto de supervivencia le jugo en contra, lo llevó al caos y lo hizo respirar agitadamente hasta consumir rápidamente el poco sustento que tenía, buscó gritar pero apenas consiguió un aliento hecho pedazos de sus cuerdas vocales, pataleó con una ansiedad abrumadora, pero sus pies y manos chocaron contra algo, algo que no alcanzaba a distinguir pero que tampoco le dejó duda, no solo estaba a perdido, si no que estaba encerrado en algún tipo de prisión. 

No supo que hacer, saberse encerrado hizo estallar su claustrofobia y esta, por primera ocasión le sirvió de algo bueno, pues con la desesperación al limite y la locura empujando, forzó su garganta hasta emitir un desgarrador grito de auxilio que llenó aquel lugar.

Sin embargo el grito consumió su energía, poco a poco sus ojos se cerraron, perdió irremediablemente la conciencia, y dentro de esta inconciencia, Rodrigo recordó las ultimas imágenes que vió antes de despertar ahí. Contrario a lo que se podía pensar en esa situación, Rodrigo sonrió, una mueca de paz y tranquilidad llenó su rostro, una lagrima rodó por su mejilla y él se dijo a sus adentros: "Lo logré..." 

Pero cuando su último aliento se acercaba, un sonido inconfundible dejó abierta su prisión, Rodrigo, atemorizado abrió de nuevo los ojos y se encontró de frente con un hombre vestido de bata, los ojos del individuo eran una mezcla entre sorpresa y pánico, Rodrigo retiró la mirada de aquel hombre y observó el sitio donde se encontraba, no lo podía creer... su prisión era una bolsa negra, y el lugar no era otro que una morgue.

Rodrigo, por alguna razon había regresado de entre los muertos, aquel hombre que lo miraba aterrorizado, era un enfermero que no daba crédito a lo que pasaba, pero no solo por la "resurrección" del paciente, si no porque Rodrigo, mas allá de estar, cuando menos desorientado, parecía estar muy conciente de porqué estaba allí... y estar muy decepcionado de estar vivo.



Continuará...?