17 de septiembre de 2012

Los visitantes


Era un día soleado en la ciudad, casi como cualquier otro, "casi" excepto porque, sin saberlo aun, los habitantes de un hermoso y apacible poblado estaban por presenciar un evento que cambiaria la vida de todos, no solo en la localidad, si no en el planeta entero.

Mientras realizaban sus pacificas y habituales actividades, comenzaron a sentir una vibración extraña en el aire, pero no se escuchaba o se sentía como nada que pudieran reconocer, todos se detuvieron en sus actividades, la vibración se hizo mas fuerte y miraron hacia el cielo, encontrando perplejos el origen de la vibracíon. Un pequeño brillo en lo alto del planeta se transformo en un haz de luz que caía a velocidades extremadamente rápidas, no hubo pánico pero a mas de uno se le aceleraron los palpitos del corazón, y otros cuantos se tomaron de las manos mientras veían como el meteoro se acercaba a la tierra.

Hasta este punto, aun existía una relativa calma, misma que fue cimbrada por el hecho de que aquel objeto, conforme se acercaba a la superficie, estaba desacelerando su velocidad, sin duda aquello no era un meteorito... ¡Era una nave aterrizando!

Los ojos de todos los habitantes quedaron atónitos conforme seguían la trayectoria de aquel aparato, lo vieron tocar tierra en un punto no muy lejano de donde se encontraban, justo afuera del limite de la ciudad, y con la respiración a punto de descontrolarse, todos decidieron ir al sitio de aterrizaje y hacer contacto con aquel bólido que, sin lugar a dudas, estaba por cambiarles la vida tal y como la conocían.

"Tengo un mal presentimiento" le dijo uno de los habitantes mayores a uno de sus descendientes. Todos llegaron al borde de un cráter, uno que formo aquella nave en la superficie con su aterrizaje, mas aún no lograban ver nada debido a una densa capa de polvo que se había levantado, solo esperaban intranquilos para poder ver lo que al centro de ese agujero se encontraba.

La calma se transformó en tensión conforme la visibilidad se aclaraba, y cuando finalmente pudieron distinguir las formas de aquel "meteoro" el tiempo se detuvo en los corazones de todos los presentes, las pupilas se dilataron y por primera vez en mucho, mucho tiempo, sintieron un miedo que les hizo entrar en pánico y correr, correr lo mas lejos posible de la nave intrusa. Todos habían escuchado alguna vez sobre los símbolos y las señales por los cuales deberían estar siempre alertas, y cuando el polvo les permitió ver el objeto, distinguieron horrorizados que en la coraza de aquella gran pieza metálica se encontraban todos esos símbolos sobre los que habían sido advertidos.

Los habitantes corrieron desesperados por llegar con su gente y avisar sobre lo que acababa de llegar a su planeta, aquello que los había hecho cambiar su ritmo de vida tan bruscamente no era otra cosa, más que una nave espacial humana, proveniente directamente del hoy destruido Planeta Tierra, y las advertencias nacieron de la voz que les dijo lo que le pasó a la tierra: Los mismos seres humanos destruyeron su propio hogar.

Sin duda alguna el terror que sentian los habitantes de este puro y pacifico planeta estaba justificado, aquellos dentro de la nave no eran el tipo de visitantes que los habitantes de este planeta solían recibir, no, aquellos eran seres humanos, destructivos y conflictivos como pocas razas en el universo, y si algo habían aprendido en el caminar de su muy antigua civilización, es que donde sea que un humano pise, las cosas no volverán a ser iguales jamás, ya que un ser humano siempre tiene dos propósitos, uno que confiesa... y uno que no.

Ahora los habitantes huyen pensando en sus hermanos, huyen preocupados por no saber que hacer... con la plaga que a su bello planeta acaba de llegar desde el cielo.


Siempre hemos pensando ¿que haríamos si llegara una civilización inteligente a hacer contacto con la humanidad? yo creo que si fueran realmente una civilización inteligente... no se acercarían a nosotros.