Mary y Fabián se movían agitadamente sobre su cama. Los sonidos del colchón como música de fondo no hacían mas que aumentar y resonar más y más fuerte, sus movimientos los hacían cambiar la posición constantemente, quedaba él encima de ella, y después ella era quien parecía tomar el control, pero Fabián la volvía a jalar hacia las sabanas, en un movimiento casi salvaje, luchando por la posición y dominar el momento.
Sus cuerpos sudorosos, los sonidos de sus forcejeos y el rechinido del colchón como fondo, todo esto envolvía la acelerada noche de la pareja.
Mary parecía ponerse mas agresiva a cada momento, a Fabián le costaba controlarla cada vez mas, Mary quería gritar, pero él se lo impedía, al menos lo intentaba, y en el intento de hacerlo, terminaban en las posiciones mas sensuales, hasta las mas atrevidas que una calurosa noche como esa pudiera ofrecerle a una pareja.
El rechinido del colchón ya era escandaloso y muy rápido, seguramente se podía escuchar desde la calle.
Finalmente, y después de ganar la posición dominante, Mary quedó arriba, tomó por las muñecas a Fabián y se echó encima de él hasta chocarle sus senos en el pecho, su respiración agitada por el forcejeo, pero con la determinación suficiente, le dijo a Fabián: "¡Ya no aguanto más, lo haré ya!"
Fabián, agotado por el forcejeo y resignado a lo que sucedería, tan solo alcanzo a rogarle, con una voz casi en gemido: "No Mary… !aguanta un poco más por favor!"
Pero Mary, rozando ya todos sus límites, no resistió más y... Se levantó de la cama y comenzó a golpear con el puño la pared hacia la habitación de al lado gritando:
"¡¡Cómprense ya otro PUTO colchón, que los rechinidos de ese no nos dejan dormir CARAJO!!"