17 de junio de 2015

Viéndote

A ojos cerrados te busco… y te encuentro.
A ojos cerrados te recorro… y me deleito.
A ojos cerrados te respiro… y suspiro.

Y entre tu piel y mi piel se forja un orgasmo que construimos a ojos cerrados y corazón abierto.
 Porque cuando de reconocernos se trata, una caricia constante y un beso punzante nos basta.
 Con una historia de miel, sexo y piel, no necesitamos todos los sentidos para amarnos bien.

Con ojos abiertos sólo para ver mi reflejo en tus pupilas al amanecer.
Con ojos abiertos sólo para ver tus muecas nuevas aparecer.
Con ojos abiertos sólo cuando tú cierres los tuyos entre el placer.