4 de octubre de 2011

Piba mía


Nena mía, bello lucero de ternura
tu sonrisa caminó en mi con soltura
llegaste sin aviso, mi mundo nada esperaba
mas al conocerte mis corazón desesperaba
y es que por alguien como tu mis anhelos desbocaban
aunque miedo sentía, pues al amor ya le temía
pero me amaste, y mi pasión voló por lo que frente a mi tenia
hoy contigo sonrío, y es que sin ti solo estaría
no dejare de amarte, o mi lucero perdería
y mientras a este enamorado tu corazón abras
yo no cesare de respirarte entre palabras.





Te conocí desde hace un poco mas, pero hace justamente Un Año bajamos los escudos y comenzaste a ir mas profundo de lo que "Syd" mostraba, ahi se desbordo un caudal de emociones y sensaciones que me despertaste, bañandome todo el interior con nada mas que sonrisas plenas que se olvidaban y hacían olvidar de todo cuanto envolvía nuestros mundos, de momentos compartidos en la mas exquisita sinceridad y una forma de expresar tan nítida que asombraba, carente de cualquier prejuicioso filtro que nublara lo que tu esencia quería decir, eso, hasta el día de hoy sigue sorprendiéndome, haciéndome sonreír, envidiar, suspirar y pensar, justo como esta emoción tan peculiar que eres y has diferenciado en mi a lo largo de este mítico año de nuestra (aun) naciente y delirante fusión de tu amor al mío.

Te quiero en las buenas, te adoro en las malas, porque así como tu mirada no juzgó lo que a simple vista "parecía ser" cuando me leíste y conociste por primera vez, incluso, mas allá de no juzgar, te atreviste a ver lo que había al cruzar la "portada" y a base de pura y honesta comprensión marcaste la pauta y me enseñaste que si seguía el compás de los latidos sin mascaras, ahí seria capaz de mostrarte lo mejor de mi, eso que de tan buena manera has sabido sacar a lo largo de este tiempo, porque justo como suena, contigo a mi lado esa es la sensación que reina, que si bien nunca fui una mala persona, con tu mano en la mía durante las buenas, y tu hombro en el mío durante las malas, yo soy una mejor persona.

Agradecimientos me faltan para ofrecer a cambio de lo soleados que has hecho lucir a mis días mas nublados, de la paz que has ofrecido a las confusiones mas "laberínticas" que mi cabeza sabe obsequiarme, por tu sinceridad tanto en las buenas como en las malas, por soportarme cuando hay días que yo mismo patearía mi propio trasero, pero por sobretodo y remarcado como mi gratitud mayúscula hacia ti, GRACIAS por dejarme conocerte aquel octubre pasado, GRACIAS por día a día dejarme seguir Amaneciendo y conociendote en tus sublimes ojos, Bonita... piba mía.